Mar gris, cielo gris... las gotas de lluvia danzan en la ventana empañada, se cruzan los arboles y los postes, y una mujer parada en la puerta de su casa mira el horizonte como esperando a alguien que nunca llegará.
En las calles mojadas la gente se cruza, caminan con la vista perdida y nunca se miran, no se hablan. Talvez sus almas están demasiado acongojadas como para levantar sus rostros hacia el cielo y darse cuenta que el mundo en si es perfecto... tan solo por el hecho que pueden respirar y levantarse cada mañama.
Para mi no hay nada mejor que un día como éste, porque he podido expresar lo que siento, he podido sentir, talvez, lo que otros aun no han podido.
jueves, 29 de julio de 2010
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